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martes, 18 de noviembre de 2014

EQUIDAD DE GENERO



El Modelo de Equidad de Género (MEG) es un sistema de gestión con perspectiva de género, que proporciona herramientas a las empresas, las instituciones públicas y las organizaciones sociales para asumir un compromiso con la igualdad entre mujeres y hombres, pues les permite revisar sus políticas y prácticas internas, para reorganizar y definir mecanismos que incorporen la perspectiva de género e instrumenten acciones afirmativas y/o a favor del personal, que conduzcan a corto y mediano plazo al establecimiento de condiciones igualitarias para mujeres y hombres en los centros de trabajo.
Lograr la igualdad mediante el impulso de una mayor participación de las mujeres es uno de los principales retos del mercado de trabajo. La legislación mexicana se ha fortalecido para alcanzar este propósito: la reforma constitucional en materia de derechos humanos de 2011[1] y la reforma a la Ley Federal del Trabajo de 2012[2] conforman un renovado marco jurídico para garantizar la protección de los derechos laborales de todas las personas. El concepto de trabajo digno o decente, las prohibiciones en materia de discriminación y violencia, la protección a la maternidad y el reconocimiento de la paternidad como una responsabilidad compartida, son elementos que fomentan una cultura laboral más justa en nuestro país y promueven la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres.
Por su parte, el eje transversal Perspectiva de Género del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, junto con el objetivo 3 del Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres 2013-2018, relativo al acceso de las mujeres al trabajo remunerado, empleo decente y recursos productivos, obligan a instrumentar estrategias desde la Administración Pública Federal que impulsen una mayor inserción de las mujeres en la esfera laboral, junto con la erradicación de las prácticas de discriminación, hostigamiento y acoso sexual y laboral, con el fin de conseguir una transformación real al interior de los centros de trabajo.
En este contexto, los mecanismos de reconocimiento de prácticas laborales que fomentan la igualdad laboral constituyen una estrategia eficaz para promover no sólo la inclusión de más mujeres en la esfera productiva, sino además un profundo cambio en la cultura laboral del país. Los centros de trabajo certificados en el Modelo de Equidad de Género (MEG) son pioneros en esta materia, ya que con sus acciones generan oportunidades para el desarrollo profesional y personal de sus trabajadoras y trabajadores, y contribuyen en la construcción de una sociedad más incluyente e igualitaria.
Debido a los cambios en la legislación, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), han decidido trabajar de manera coordinada para actualizar las herramientas existentes. Resulta necesario recuperar la experiencia del MEG, de la Norma Mexicana para la Igualdad Laboral entre Mujeres y Hombres (NMX-R-025-SCFI-2012) y de la Guía de Acción contra la Discriminación “Institución Comprometida con la Inclusión” y avanzar hacia un mecanismo fortalecido para distinguir a las organizaciones que, además de cumplir con la normatividad vigente, cuentan con buenas prácticas de igualdad laboral.
Durante los próximos meses, rediseñaremos los criterios de evaluación con el objetivo de presentar a finales de 2014 un nuevo instrumento acorde al estado actual del marco jurídico y los documentos de planeación nacional. Reconociendo el compromiso y el esfuerzo de quienes cuentan con el MEG, se considerará un esquema que permita a los centros de trabajo certificados transitar hacia él.

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